Conflictos hacia el interior de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) terminaron por destapar una cloaca de corrupción que se agravó con la complicidad de la Secretaría de Educación en los gobiernos de Fernando Toranzo y Juan Manuel Carreras.
El manejo mafioso, de acuerdo con distintas versiones, incluye el uso tendencioso de claves presupuestales y laborales, asignación de plazas en todos los niveles educativos, comisiones sindicales irregulares, manejo de fideicomisos y cajas de préstamo, incapacidades, licencias, entre otras supuestas prerrogativas del magisterio.
Maestros inconformes con el líder sindical, Juan Carlos Bárcenas Ramírez, denunciaron que el comité no atiende sus demandas y que, cuando les reclaman en reuniones seccionales, los reprenden y los amenazan, por lo que han decidió hacer públicas las corruptelas de los dirigentes que han pervertido la noble labor de la educación.
Como ejemplo, aseguraron los inconformes, está el hecho de que, mientras cientos de maestros no han podido cobrar sus sueldos, los integrantes del comité cobran 183 claves de personas que, supuestamente, trabajan en el sindicato y benefician a compadres, amigos, parejas sentimentales y cómplices.
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